martes, 27 de mayo de 2008

Polo verde limón, pantalón marrón.


¿No combina? Poco importa cuando lo único que quieres es huir de voces chillonas, de un ambiente hostil e indiferente, comentarios vanos, y un malestar enorme por parte de la gran mayoría de individuos a mi alrededor.

Me voy! ¿adónde? Cualquier lugar es bueno para un refugio en donde desahogas tus sentimientos, ¿de verdad? No, tiendo a decir palabras que no creo cuando no me encuentro conmigo mismo, mejor no pensar ni responder preguntas por ahora.

Pasos lentos y cortos, teniendo fija la mirada en la punta cosida de mi zapatilla, tan sólo se me vienen a la mente recuerdos de mi vida cotidiana (Hijo, ya desayunarás?...No, mamá! me hago tarde, puedes llevar al zapatero estas zapatillas? Te devuelvo lo que gasaste cuando regreso). Vuelvo al presente, como en aquellas películas irreales en donde uno regresa de un pensamiento sin sentir lo que sucede en la realidad, como si fuese un sueño. Quisiera que fuese un sueño.

Sentí (en aquella corta caminata, que aún no sabía que lo era) que pasaron muchos minutos, eché la mirada hacia atrás, y me di cuenta que solo recorrí dos pequeñas cuadras. Tranquilidad sentía, pero momentánea; sabía bien que al regresar me encontraría de nuevo en aquel lugar lleno de palabras que se tornan superfluas, pero no tenía sentido pensar así...no por el momento.

¿Y ahora? ¿qué pienso?... ya sé! en mi perro ¿habrá regresado a mi casa? no creo, estará enamorado, o tal vez... no! mejor no un tal vez. Mejor, un puchito en la esquina del paradero, y después hablar solo.

Creí, aquel día, haberme puesto un polo verde limón y un pantalón marrón, busqué desesperadamente aquellas prendas al día siguiente. ¿Me robaron? no, nunca tuve un polo verde limón, ni menos un pantalón marrón; era alguna alucinación, o tal vez un sueño...quisiera que lo fuera.

Maestro y pupilo, discrepancias?


Creo que no existió diferencias de opiniones en este campo, mas bien, hubo una complementación departe de Aristóteles para la teoría de Platón.

Platón, basándose en "La República" donde menciona acerca del filosófo rey, que era la persona adecuada para gobernar, puesto que enfocaba la importancia de la persona y el valor humano. Siempre consideraba primero a la persona y despues a la ley. Su pensamiento idealista lo llevó a crear propuestas, a mi parecer, utópicas. Tambien muestra diferentes obras como "Las Leyes", demostrando la importancia de su creación, pero que debemos anteponer como derecho. Anuncia las fuentes jurídicas (monarquía, democracia moderada, etc.) y no jurídicas (democracia extrema, oligarquía, timocracia).


Aristóteles, aunque contradice levemente la teoría de Platón, creo yo, que lo complementa. A diferencia de Platón el hace propuestas un poco más realista (siendo discípulo de Platón). Hace ver que el hombre es un "Zoon politicon" que quiere decir "animal político". Para crear una sociedad civilizada deberíamos tomar como objeto primordial a la ley, y después la condición humana. Aristóteles hace mención de formas de gobierno clásicas con formulación de leyes adecuadas para el bienestar público de la sociedad.

Derecho Consuetudinario



El derecho consuetudinario quiere decir una costumbre que en cierto sector lo aplican obligatoriamente, puesto que lleva ya muchos años de antigüedad y llega a convertirse en una ley (no escrita), que se transmite oralmente de generación en generación.


El derecho consuetudinario antes de Roma, no estaba muy bien organizado como Roma durante la monarquía, república, principado, y finalmente imperio. Dentro de Roma en la monarquía existieron ciertos requisitos como:

Pluralidad de actos.

Reiteración de actos.

Aprobación del rey, etc.

También existían costumbres según la ley, fuera de la ley, y en contra de la ley. Me explico, si por alguna razón se daba un acto cumpliendo todos los requisitos y estaban según la ley, se necesitaba una cantidad mínima de años para que se aprobara, si era fuera de la ley se prolongaba el tiempo, y peor aún, si estaba en contra de la ley se necesitaba mucho mas años. Estos años eran cinco, cuarenta, y cien años respectivamente.